De la Democracia a la Tiranía

En
este estado distinguiríamos tres clases sociales, que podemos
relacionar con las tres “partes” que tiene el alma según Platón.
Cada clase tiene una función, que debe desempeñar a la perfección
para que halla justicia en el estado. Tendríamos de esta forma unos
gobernantes, que serían los filósofos, hombres sabios y justos en
los que predomina la parte racional del alma y cuya obligación es
buscar el bienestar de la ciudad; unos guardianes valientes y
fuertes, en los que predomina la parte irascible del alma y que se
encargan de defender la ciudad; y por último, unos productores, la
mayoría de la población, quienes carecen de educación y en los que
predominaría la parte apetitiva del ama, estos serían los
campesinos, artesanos, comerciantes etc.
DE
LA DEMOCRACIA A LA TIRANÍA
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Introducción: La política de Platón.
Toda
la filosofía de Platón está
orientada a conseguir el
Estado Ideal. Este
no
es
simplemente el mejor estado dentro de lo posible, sino de una manera
absoluta.
Pero
todo esto es algo utópico, inalcanzable, y es posible que hasta él
mismo lo pensara. De todas formas, aunque no podamos alcanzar este
ideal, sí que nos sirve como modelo. El cual nos permite medir el
grado de perfección de los distintos estados existentes. Así
establecemos una jerarquía, en la que encontramos como el segundo
estado más imperfecto la Democracia.
Platón
siempre ha estado en contra de la democracia, ya que la consideraba
culpable de todas las desgracias de Atenas. La veía como un gobierno
basado en la propaganda en vez de en la política y en el que lo que
en realidad gobierna es el capricho de la población, que no busca un
bien común sino individual.
Él
pensaba que, al tener todas las opiniones el mismo valor y, de esta
forma, acceder al gobierno los ignorantes, el estado cae de forma
inevitable en la corrupción y el caos. Para superar esto, terminaría
estableciéndose una tiranía; donde una única persona es
propietaria de todo el poder y gobernará para su propio beneficio.
Aunque
esta crítica por parte del filósofo ateniense a la democracia pueda
parecernos ahora una sandez, ya que es el sistema de gobierno actual
que, desde nuestro punto de vista, parece más justo. Lo cierto es,
que Platón no erra al afirmar que la democracia puede dar lugar a
una tiranía. Y tampoco se equivoca cuando dice que, al usar la
demagogia y la adulación (como enseñaban los sofistas), los
“políticos” pueden llegar al poder y llevar a la ciudad a la
desgracia en vez de buscar el bien para esta.
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De la democracia a la tiranía: La Alemania Nazi
Después
de esta pequeña introducción sobre el Estado Ideal de Platón y su
crítica a la democracia, voy
a pasar a comentar algunos de los casos en los que se puede apreciar
que, como
decía el filósofo,
en
este sistema de gobierno
no siempre llega al poder la persona indicada.
Quizá
un ejemplo bastante
actual
de esto sea el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Quien,
pese a haber obtenido menos votos que su rival Hilary Clinton, ganó
las elecciones de 2016.
Ya que Trump supo como venderse para conseguir el apoyo de los
estados que más
le interesaban (los estados industriales). Esto
nos puede recordar a los demócratas atenienses, quienes gracias
enseñanza de
los sofistas, sabían
que hacer para adular a la población y conseguir así el poder.
Aún
más reciente tenemos el caso de las elecciones generales llevadas a
cabo en Brasil este octubre de 2018. En las cuales
salió elegido presidente el ultraderechista Jail Bolsonaro. Quien
posee
ideologías nacionalistas y
conservadoras, se opone a los derechos del colectivo LGBT+ y
considera la tortura como una práctica legítima. Además, es
defensor de una dictadura militar. No se muy bien si Platón estaría
a favor o en contra de este político, ya que la dictadura militar la
podemos relacionar más con una Timocracia (el
estado más cercano al Ideal según
Platón)
que con una Tiranía; de cualquier manera, no parece una persona
conocedora del Bien y capaz de instaurar un estado justo.
A
pesar de la gran cantidad de ejemplos que podríamos
encontrar, me voy a centrar en el
que
llevó al
conflicto bélico más mortífero de la historia:
la llegada al poder de Hitler.
Tras
la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba en una situación
de crisis
y
los alemanes no confiaban en su débil gobierno, conocido como la
República de Weimar. Estas condiciones eran
óptimas para
el surgimiento de un nuevo líder, Adolf Hitler, quien
en 1919
se unía al Partido Obrero Alemán, que más
tarde pasaría
a definirse como Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán
(comúnmente
conocido como
partido Nazi).
Adolf
Hitler era un gran orador, atraía a una gran cantidad de alemanes
que se encontraban desesperados por un cambio y les cautivaba con sus
discursos. Esto le valió para convertirse en el jefe de propaganda
de su partido, ganándose
el apoyo de las masas y pasando a ser una de las mayores fuerzas del
Reichtag (parlamento alemán)
De
nuevo, al igual que en el caso de Trump, esto
vuelve
a recordar
a los
políticos
demócratas de la Atenas de Platón. Quienes,
como he dicho previamente, no hacían política sino propaganda.
Pretendían adular al pueblo y
sabían que es lo que debían decir en cada momento para ganarse su
apoyo incondicional. Lo
mismo que hacía Hitler con
sus discursos, y gracias a lo que consiguió el poder rápidamente,
llegando
a adoctrinar a la gran mayoría de la población.
Para
conseguir el título de
canciller de Alemania, Hitler
opta por una
coalición entre el Partido Nazi y los partidos conservadores
nacionalistas.
Pero
tras
el incendio del Reichstag, Hitler se vuelve
mucho más autoritario: los
nazis comienzan
a suspender libertades civiles y a eliminar a la oposición política,
excluyendo
a los
comunistas del Reichstag.
Pero
la guinda del pastel sucede
el 24 de marzo de 1933. Cuando
el
Reichstag habilita una ley que
le otorga
plenos poderes “temporalmente” para acabar con la inestabilidad
en el país. Esta
ley le permitía gobernar durante cuatro años, pero
lo primero que hizo durante
su gobierno
fue eliminar el resto de partidos, haciendo que
en las siguientes elecciones se presentara únicamente el partido
Nazi.
De
nuevo puedo hacer con esto una referencia a las
ideas de
Platón. Quien
estaba seguro de que un estado democrático caería
inevitablemente en
el desorden
social y la confusión
y, para superarlo, terminaremos
otorgándole
todo el poder a una única persona, originando una tiranía. Esto es
exactamente lo que sucedió en Alemania. Además, según el filósofo
esta forma de gobierno es la más injusta y más alejada del ideal,
suponiendo
la mayor desgracia para el estado. En este caso no solo fue
una fatalidad
para el país, sino para el mundo entero. Ya
que
como
sabemos, tras el ascenso de Hitler al poder,
Alemania terminaría invadiendo Polonia en 1939, dando
origen a
la Segunda Guerra Mundial.
Aún
así, a pesar de todos sus fallos y de
que
algunos gobernadores lleven al estado al caos, la democracia es
actualmente el sistema de gobierno más justo conocido.
Webgrafía
Buena entrada, Marta y buen ejemplo. Este es el objetivo de esta tarea: que lo visto en clase te sirva para pensar el mundo en el que vives.
ResponderEliminarSaludos